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domingo, 26 de junio de 2011

Un problema compartido, disminuye al 50%, sigue compartiéndolo y desaparece


"Enquistarse en la soledad y la frustración, quejarse constantemente y continuamente de las desdichas y tragedias que nos acosan y no hacer absolutamente nada para modificar aquellas situaciones que nos angustian es un camino certero y seguro hacia la depresión.
Camino, por supuesto, que es recorrido a solas…"
Eric Fromm (psicoanalista y pensador alemán).

Recuerda que el mundo no gira alrededor de nuestros gustos o deseos y que no pasa nada terrible cuando no obtenemos lo que queremos.
Siempre hay algo que podemos hacer al respecto, en lugar de enojarnos o quejarnos.

Repítete esto constantemente.

Piensa en todas las cosas que has perdido o dejado de obtener por tu poca tolerancia a la frustración.
¿Vale la pena la comodidad inmediata y momentánea, a cambio de todo eso que podrías tener?

No olvides que hay épocas buenas y épocas difíciles o dolorosas y que tenemos la capacidad de tolerar o soportar algo, sin alterarnos demasiado.


El malestar y el sufrimiento son desagradables, pero no nos destruyen.
Si aprendemos de ellos, nos fortalecemos y desarrollamos.
Obtenemos nuevas herramientas para lograr nuestro bienestar.

Nuestra vida y nuestra felicidad no dependen de aquello que deseo y no obtengo de inmediato.
Hay mucho más allá, si lo sabemos buscar.

Incluso el dolor intenso, lo podemos soportar y es pasajero.
A menos que nosotros, con nuestra actitud y forma de pensar, lo hagamos permanente.


Busca qué ideas
equivocadas pueden estar provocándote la baja tolerancia a la frustración.

Por ejemplo:
"Esto no debería ser así", "es demasiado", "no lo soporto", ¿por qué los demás si y yo no?, etc.
Aprende a cambiar estas creencias equivocadas que sólo aumentan el dolor o molestia que estás viviendo.

Nosotros elegimos el tipo de pensamientos que queremos tener.

Checa con la gente cercana a ti si tu reacción emocional ante lo que está sucediendo, es exagerada.
Si es así, trata de ver las cosas desde otra perspectiva.
¿Cómo las vería y que haría alguna de las personas a las que admiras?

Enfócate en buscar una solución adecuada y no en el malestar que sientes.

Analiza tu estilo de pensamiento

Practica.
Ante ciertas molestias o incomodidades, no busques de inmediato la solución.
Date cuenta de que no pasa nada si te sientes mal un rato.

La tolerancia se fortalece, como cualquier músculo, trabajándola y practicando.

Todos podemos aguantar el malestar.

¿Es incomodo?

Sí, pero no pasa nada si nos sentimos mal durante un periodo de tiempo. El malestar pasa y la recompensa puede ser enorme a largo plazo

domingo, 5 de junio de 2011

Entrevista a Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica


Entrevista a Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica

El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y dolor evolucionaban de manera muy diferente.

Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.

domingo, 13 de febrero de 2011

La ciencia del amor… y el desamor

Pareja besándose

Cómo olvidar las mariposas en el estómago de una primera cita… O la cantidad de cosas aburridas que estoicamente se han soportado por la persona amada… Ayudar a erizos a cruzar las calles para que no los atropelle un auto o ir a ver "Sex and the City 2" son un par de ejemplos, pero seguramente usted ya recordó algunos propios.

¿Y qué tal cuando descubrió que su pareja estaba interesado (a) en otra persona? Los efectos del alcohol se sentían todavía 48 horas después, ¿cierto? ¿Y cuando le dijeron: "no eres tu, soy yo"? ¿Cuántos kilos perdió? ¿Con qué maquiavélico plan coqueteó para vengarse?

Son reacciones naturales en esas circunstancias. Pero, ¿por qué nos comportamos de esa manera? ¿Qué pasa en nuestro cuerpo en esos momentos? ¿Es algo social y contemporáneo? ¿O se trata de un proceso biológico ancestral?

"Enamorarse apasionadamente es algo que va mucho más allá de un sentimiento. No se trata únicamente de un instinto básico, es un proceso cognitivo, intelectual y sofisticado", afirma, en conversación con BBC Mundo, Stephanie Ortigue, neuropsicóloga de la Universidad de Syracuse, en Estados Unidos, quien se especializa en ciencia cognoscitiva, electrodinámica cerebral y relaciones interpersonales.

Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en EE.UU., señala que en la atracción romántica actúan tres factores: el impulso sexual, los sentimientos de apego profundo y el amor romántico, que se manifiestan con "unas ansias intensas de lograr una conexión emocional que va más allá de una relación sexual, una fuerte motivación para conquistar a la persona que te atrae y que se convierte en obsesión".

Cuestión de química

"Generalmente la persona se enamora de alguien que se parece a sí mismo, que comparte su religión, valores e intereses, que tiene un nivel educativo y una apariencia similar y proviene del mismo entorno socioeconómico", le dice a BBC Mundo la antropóloga, quien se dedica al estudio de la sexualidad humana y la formación de lazos entre parejas.

No obstante, argumenta Fisher, hay cuatro "personalidades biológicas" que determinan por qué unas personas se sienten atraídas a otras; es lo que se conoce como química entre una pareja.

La primera "personalidad biológica" incluye a gente que tiene altos niveles de dopamina, que se caracteriza por ser creativa, curiosa, arriesgada, energética, espontánea y flexible. Estos se sienten atraídos por quienes posen las mismas particularidades.

La segunda está integrada por aquellos que son sociables, tranquilos, ordenados, meticulosos, prudentes, tradicionales, que siguen las reglas y respetan la autoridad, lo que indica que poseen mucha serotonina. Ellos se fijarán en individuos que exhiban los mismos rasgos.

"Sin embargo, en las últimas dos, en las que predominan elevadas cantidades de testosterona o de estrógeno, ocurre lo contrario. Al primer grupo se le identifica porque son directos, decisivos, tercos, analíticos, escépticos y buenos con los números. Al segundo por ser idealistas, emotivos, intuitivos, dulces, fácil de tratar y buenos para comunicarse con los demás", señala Fisher.

Así, quienes tienen mucha testosterona buscarán a quienes tienen mucho estrógeno. Y viceversa.

¿La clave del éxito en una relación?

Según la neuropsicóloga Ortigue, el área del cerebro que se encuentra sobre la oreja izquierda juega un papel crucial en el proceso de enamoramiento, pues allí se forma la imagen que la persona tiene de sí misma.

"Si alguien tiene baja autoestima o algún tipo de distorsión en cómo se percibe, probablemente terminará envuelta en relaciones amorosas negativas. Desórdenes como la anorexia, por ejemplo, reflejan como la persona maneja sus relaciones sentimentales. Por eso, quienes se quejan de no poder encontrar a su 'media naranja' deberían trabajar para mejorar lo que creen de sí mismas".

La psicóloga también comenta que el éxito de una relación amorosa tiene mucho que ver con la conexión íntima –no sexual necesariamente- y personal que se comparte.

"Cuando sientes que tu pareja te complementa y te hace ser una mejor persona, el amor crece. Pero en el momento en que crees que ya no puedes aprender más de él/ella, o piensas que ya sabes todo lo que tiene que ver con ese individuo, pierdes interés".

Y eso puede conducir a la infidelidad. "Buscas entonces a alguien que empiece a preguntar cosas interesantes de ti y viceversa. Te sientes atraído hacia esa persona, pero es un truco de tu cerebro porque en realidad tu motivación es seguir creciendo personalmente", indica Ortigue.

Cuando las cosas no salen bien…

La rabia, el dolor y el aislamiento se apoderan del individuo cuándo se siente traicionado porque pierde una parte de sí mismo.

"Fuimos diseñados para establecer lazos y es muy hiriente que estos se rompan porque la persona en quien confiaste y en quien creíste te falló", dice John Cacioppo, director del Centro para la Neurociencia Cognitiva y Social de la Universidad de Chicago en EE.UU., quien durante 20 años ha estudiado los efectos de la soledad y las relaciones interpersonales.

Es entonces que en el cerebro se activan las áreas del dolor, y las mismas zonas involucradas en el dolor físico se manifiestan cuando la persona experimenta dolor emocional o social.

"Cuando la persona se siente sola –física o emocionalmente- se deprime, sufre de insomnio, se estresa, puede experimentar un aumento en su presión sanguínea y afectar la respuesta de su sistema inmunológico. En el largo plazo puede incluso afectar su capacidad cognitiva".

El proceso es muy similar cuando las personas son rechazadas o cuando se separan. Estudios realizados sobre el tema indican que las mismas áreas del cerebro que se activan cuando la persona se enamora, y que generan adicción y ansías desesperadas de estar con alguien, muestran actividad.

Esto quiere decir que, además del dolor que genera la situación, el sujeto sigue sintiendo una intensa fijación por quien no le corresponde.

"Las sensaciones que se experimentan en esos casos son muy fuertes y no desaparecen con rapidez. Las personas están heridas y quieren herir a otros, por eso no es nada agradable estar cerca de ellas. Los individuos se deprimen y se aíslan, y eso se vuelve contagioso", explica Cacioppo.

Del Australopithecus al siglo XXI

Todos estos procesos mentales y emocionales ocurren inconscientemente. Los síntomas que la gente experimenta obedecen a que el cerebro se pone en estado de alerta porque se siente amenazado.

"Para nuestros ancestros, el peligro estaba en que solos no podían sobrevivir al ataque de depredadores en medio de la selva en la noche, por ejemplo. Por eso el cerebro desarrolló sistemas de protección como la imposibilidad de dormir corrido y profundo. Estos mecanismos permanecen en el cerebro en la actualidad, sólo que se activan por otras razones, como la soledad", afirma Cacioppo.

Fisher coincide con lo que ambos describen como "tiempo evolutivo". "El proceso mental que se activa cuando una persona se enamora es extremadamente poderoso, evolucionó hace millones de años y es importante porque permite que el individuo concentre sus energías en la pareja de apareamiento más conveniente".

La antropóloga señala que la prueba de que nuestro comportamiento actual es como el de nuestros ancestros es que las áreas que se activan cuando una persona se siente atraída hacia otra están debajo de la corteza cerebral más reciente que desarrolló el ser humano y es una de las más profundas en el cerebro.

Ambos especialistas señalan que, además, los procesos que han estudiado y les han permitido llegar a estas conclusiones están presentes en otros mamíferos.

Después de todo esto, al parecer en el amor hay mucha más ciencia de lo que se piensa.